Manifiesto
Hoy ha aparecido el cuerpo sin vida de una mujer, una mujer como yo, con mi color de pelo y mi color de ojos, de mi edad. Cada vez que giro una esquina pienso que esa mujer podría haber sido yo. Y tú me preguntas que por qué tengo miedo. Por qué me cambio de acera cuando te veo por la calle, por qué no me monto en un ascensor si sólo estamos tú y yo. Por qué se me encoge el corazón cada vez que te veo venir de lejos y a mi lado no hay nadie. Debes saber, tú, que me miras sin miedo, que este corazón que se encoge no es sólo mío, que ese cuerpo inerte no es sólo de ella, que cada vez que te llevas a una de nosotras, haces que las otras nos levantemos un poco más. Nuestras espaldas están más rectas, nuestras frentes más altas, nuestras manos más preparadas para matar, cuando haga falta. Si querías dividirnos, lo siento, pero la jugada te ha salido mal. Somos una, y nos hacemos cada vez más grandes. Si querías miedo, has conseguido...