La química de ella y sus complicaciones.
A ella le gustaba, desde siempre, convencerse de que tenía que ser normal, y querer las cosas que quiere la gente normal, porque siendo como era estaba muy sola, estaba tan sola, tan sola, que pasaba horas hablándole a las sombras de las paredes, pero incluso las sombras acababan por escurrirse debajo de la cama, y al final a ella no le quedaba nada. Pero verás, aprendió que eso de ser normal es un poco como ser indiferente, a ratos si, pero en el fondo todo da igual, y ella con eso lo único que consiguió, fue quedarse igual de sola que antes, pero que no le importara. Y es que ella, en el fondo, no quiere ser normal, ni quiere el camino fácil, ni quiere un héroe, y prefiere el agua al alcohol, y un peta a un cigarro, y dar saltos por el camino de baldosas amarillas, a sentarse en la barra de cualquier bar. Elegiría mil veces un abrazo de esos que se clavan, a un beso que le deje los labios secos. Nunca supo -y poco intentó- ganar al juego ese de ser normal. Prefiere dales pequ...