Pongamos que hablo de Madrid
Hay que pagar un precio por vivir aquí. Madrid no regala nada. Te cobrará cada paso que des al precio del aire que respiras, y muchas veces, la mayoría, no tendrás fuerzas ni para caminar, ni para respirar. Se tragará tu vida como se traga el humo de los coches, y el de los cigarros, y el de los porros, pero a veces, cuando se sienta generosa, te la devolverá envuelta en pedazos de papel, reducida a un puñado de azúcar (muy amargo, y muy poco azúcar) ¡Y qué vivo te hará sentir! sin que te des cuenta de que sólo sientes lo que ella te deja. Puedes tenerlo todo, todo lo que quieras, aquí nadie puede decirte que no, y a nadie le interesa, sólo eres otra historia triste, que reinventarán en papeles usados esos que regalan su arte por la voluntad en las esquinas de Gran Vía. Madrid te lo dará todo, pero no podrás quedarte con nada, es un préstamo que dura hasta que el banco te embargue las ganas de preguntar, igual que les ha embargado a todos las ganas de saber re...