Cuentos de princesas


Creo que te bebí como quien lleva vidas muriéndose de sed
y acabé muy rápido
con hasta la última gota de lo poco que tenías para darme.
No sabes qué espejismo más bonito,
y qué desierto tan grande.
Creo que te escuchaba
como quien oye por primera vez el mar
y agoté tus palabras de tanto hacerlas bailar.
Pero gracias por haberlas dicho.
Creo que me acostumbré a tenerte
y olvidé que aquí nadie regala nada.
Ojalá pudieran pedirse los préstamos dos veces.
Creo que me dejé llevar
por el primer camino que me mostraste
y te seguí a la casa de algodón de azúcar
que acabó por derretirse
de tantos besos.
Se acabo la batería.
Creo que me enseñaste todo eso que no puedo controlar
y no fui capaz, o no quise
seguir intentando avanzar por donde no me veía.
Perdóname por haber querido ir tan rápido
que llegué al final
antes de leerme la historia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre publicar

A thousand autumns, el slow burn, y el enemies to lovers

Hiromi Kawakami