Semáforos en rojo



No sé cómo le conocí
Ni qué sonrisa llevaba cuando le saludé por primera vez
Ni con qué música me dijo su nombre
No sé en qué nube pasé los siguientes cinco días
Ni si he bajado ya, y lo de ver borroso es por borracha y no por ciega
No me fío de la gente que se enamora poco a poco
Como si el amor fuese contar cuántas sacarinas le echas al café
En vez de comerte el azúcar a cucharadas.
Nunca se me dio bien dejarme el cariño a medias,
ni encajar las derrotas en los huecos libres de mi armario.
No sé por qué él y no otro de los tantos fuegos a los que me acerqué demasiado

pero voy a quemarme tan a propósito que la cicatriz será más que herida de guerra
marca de nacimiento.
De cuando me miró y me encontré.
No sé dónde estaba, antes de que me diera la mano.
La mariposas del estómago se me colaron por las venas
Y ahora me vuela todo, cuando se ríe
No sé qué fue lo primero que me dijo
Justo antes de que le comiera las palabras
Creo que intentaba avisarme de que iba a 200 en un carril de 50
Siempre pensé que los semáforos en rojo señalaban las oportunidades que estabas a
punto de perder. Y entonces claro, aceleras.
No sé en qué pensó cuando decidió cometer el error de besarme los sueños
sin saber que mis sueños tienden a acabar en pesadillas.
Se ríen de mi los espejos, y los miedos que se me acumulan en las pestañas
No sé cuándo dejé de ser yo
Y empecé a contar cuentos con finales felices en los que nunca he creído
Cambio a ratos mis soledades por la suma de los segundos que me presta
Y me abrazo al frío a desgana cuando decide volver a su mundo
fuera del mío.
No sé si es miedo o estupidez lo que me hace perseguir su sombra,
por si en algún momento se pierde.
Esperando, como los ilusos, que cuando se encuentre, se encuentre conmigo
Como yo me encontré con él.
Justo cuando había dejado de buscar(me)

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