a mi padre 2.0
Tus ojos parecen dos bolas de cristal
opacas y agrietadas
cansadas de buscar fantasmas
en presentes con sombra de pasado,
en futuros de humo y ceniza.
opacas y agrietadas
cansadas de buscar fantasmas
en presentes con sombra de pasado,
en futuros de humo y ceniza.
Tú, que has sido mi héroe
y el aterrador rostro de todos mis demonios
con la sangre de mi cordura corriendo siempre
por las grietas de tus manos,
tus labios siempre a punto de pedir perdón
por toda una vida siempre a medio camino,
siempre huyendo por el sueño de San Pedro
de una realidad que nunca fue capaz de merecer tu atención.
Todos los no puedo que cicatrizan en mis palmas,
charcos que me enseñan a la niña que una vez tuvo mi rostro.
Tú, que has guiado todos mis pasos
hacia la dirección contraria a la tuya,
mesias de lo invisible,
eres ahora esqueleto con huesos de cal.
Qué pequeño parece tu cuerpo de golem
ahí sentado con la realidad sobre los hombros.
Puedo ver la vida escapar por las arrugas de tu piel de tortuga
y siento tanto no ser capaz de coger tu mano
y alejarte de la muerte,
que es tan sólo otro de los tantos viajes a los que no les tienes miedo.
Tú, que me convertiste sin remordimiento en consecuencia de tus errores,
te presentas ahora con tu bandera blanca de absoluta ignorancia
por los miedos que dejaste caer sobre mis hombros.
Llegas inocente como el agua,
a revivir como lluvia lo que destruiste como huracán.
Tú, que has sido siempre la última sílaba de todos los gritos de mis pesadillas
vienes ahora caballero blanco
a ponerme mi hogar entre las manos,
con la sincera ingenuidad de un niño que cree que todo es posible
incluso en éste mundo de barreras.
Vienes con el asombro y la aventura de quien no persigue ningún futuro,
y haces que envidie todo aquello que una vez me hizo temblar,
eres terremoto en éste suelo de asfalto y seguridad,
tú, que fuiste siempre el culpable,
te presentas ahora tan transparente como siempre has sido
y yo te veo por primera vez
a través de éstos barrotes tras los cuales siempre creí que estabas tú
y ahora comprendo que es a mí a quien aprisionan.
Comentarios