A thousand autumns, el slow burn, y el enemies to lovers
Tengo la sensación de que el slow burn ya no existe. O, al menos, no existe en las historias que ganan cierta popularidad. Y lo entiendo, nuestros cerebros están cada vez menos capacitados para mantener la atención y el interés fijos en algo si el clímax no llega lo más pronto posible. A mi, personalmente, me gustan las historias que se alargan, soy incapaz de cogerle cariño a personajes que sólo he conocido durante 50 páginas, y mucho menos soy capaz de creerme que dos que se supone que son enemigos se han enamorado en la página 20 y el resto es ellos teniendo hate sex hasta el final. Y ya puestas, tampoco soy capaz de meterme en una trama que se nota que solo está hecha para que los protagonistas se líen. Es que no puedo, me supera. Dame un buen mundo, dame una trama creíble, déjame ver evolucionar a los personajes, y así, a lo mejor, hasta me emociono cuando les pasen cosas. Aquí es donde entra A thousand autumns . Es posible que no hayáis oído hablar de esta historia aunque ...